Schoenstatt debe ser refundado

Enrique Soros

¿Qué tiene que ver la comunidad de destinos, de misión y de corazones con la refundación de Schoenstatt? 

El P. Kentenich afirmaba que Schoenstatt debe ser refundado cada 50 años. Tal expresión obviamente no es absoluta. Si en el mismo espíritu dijéramos que Schoenstatt debería ser refundado todos los días, intuyo que el P. Kentenich nos diría: “Entendieron el punto”. 

Carta del P. Kentenich a la Familia de Schoenstatt para Navidad de 1965 [1]

Armé un grupo “broadcasting” de Whatsapp con personas que pueden estar interesadas en artículos que me parecen relevantes para Schoenstatt, a quienes envío muy pocos enlaces a los mismos. Uno de ellos fue la carta que escribiera el P. Kentenich desde Roma a la Familia de Schoenstatt el 13 de diciembre de 1965, posterior a que se levantaran todos los decretos del Santo Oficio en su contra, y anterior a la audiencia con el Papa Pablo VI. 

Jardín de María y la visión de la Candelaria 

En dicha carta, el P. Kentenich expresa pensamientos esenciales, profundos, íntimos, trascendentes. En su primer párrafo hace referencia a las vivencias de la Familia de Schoenstatt en torno a la Navidad de 1941, cuando surgió la corriente del Jardín de María, por la que la Familia de Schoenstatt eleva su grado de entrega a Dios, pidiendo por la liberación del fundador. Esto une los corazones entre sí, y al Padre. Al percibir el P. Kentenich el grado de entrega de la Familia y profunda unidad de corazones, tiene una certeza interior de que sería liberado, y el 2 de febrero de 1942, día de la Presentación de Jesús en el Templo, también llamado día de la Candelaria, escribe el Cántico de Gratitud, que comienza con el verso ¡Cayeron las cadenas!  

Si bien sería liberado recién luego de tres años de cautiverio en el campo de concentración de Dachau, se supo posteriormente que en realidad estaba destinado a ser enviado al campo de exterminio de Mauthausen, y que el 2 de febrero en Berlín se tomó la decisión de deportarlo al campo de Dachau. El P. Kentenich no fue liberado inmediatamente, pero lo trascendental para él fue el crecimiento interior de la Famillia de Schoenstatt, en entrega y santidad y en comunidad de destinos, de misión y de corazones. A esta corriente se la llamó “visión de la Candelaria”. Desde el final de los años 40’ la visión de la Candelaria expresa también la intención de que los schoenstattianos comprendan la profunda espiritualidad de Schoenstat, y también que esta comprensión llegue a los obispos y al Papa. 

El mensaje por Whatsapp: No hay excusa 

Antes que enviara el mensaje por Whatsapp, se sentó mi hijo Martín junto a mí, y le leí el mensaje que incluiría como presentación de la Carta del P. Kentenich a la Familia de Schoenstatt. En el mismo yo expresaba: “¿Vivimos una comunidad radical de destinos, de misión y de corazones? Solo si la vivimos radicalmente, podremos ofrecer nuestro carisma original a la Iglesia”. E hicimos Martín y yo un examen de conciencia. ¿Hay una persona que no incluimos en esta comunidad? Enseguida nos miramos y mencionamos a alguien que con sus actitudes nos deja muy impotentes. Y tardamos un segundo en concluir que también esta persona pertenece a nuestra comunidad de destinos, de misión y de corazones. No podemos excluir a nadie. Todos debemos estar allí. 

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Portadores de la antorcha
Desde Pompeya, Italia, llevaron el fuego de la Alianza hasta Schoenstatt – Octubre 2014
Comunidad de misión

Actualidad de la visión de la Candelaria  

No voy a ahondar aquí en la carta mencionada, dado que podemos leerla por nuestra cuenta. Pero transcribo cómo continúa: “En el centro (de la prisión bajo los nazis; del exilio y ambas liberaciones) se halla el ‘milagro de la Nochebuena’ y la ‘visión de la Candelaria’. La Familia está hondamente compenetrada del significado de ambos acontecimientos, por lo que, es superfluo hacer consideraciones al respecto”.  

Han pasado 55 años desde que fuera escrita. Quizás hemos estado muy ocupados en temas pedagógicos, misioneros, sociales, organizativos, eclesiales, filosóficos, teológicos, y muchos de nosotros hemos puesto en un segundo plano -si es que lo hemos puesto-, lo que el Padre llama “en el centro”. 

Al respecto del mensaje por Whatsapp, las respuestas no se hicieron esperar, y varias personas me compartieron que estaba haciendo, al igual que Martín y yo, “sus tareas” ante el mensaje radical que exige la comunidad de destinos.  

Decía un sacerdote que si el Evangelio de Jesús nos hace sentir simplemente bien y no nos incomoda, es que su mensaje no está llegando a nuestros corazones. Si no nos quita de nuestra zona de confort, es que no le dejamos actuar en nuestras vidas como Él quisiera, para liberarnos. 

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Audiencia de Schoenstatt con el Papa Francisco

Octubre 2014

Schoenstatt, comunidad de corazones

Los “cuatro principios del Papa Francisco” [2]

Schoenstatt debe ser refundado. Hoy mismo debemos refundarlo. ¡Pero no! No se trata de llamar a los grandes pedagogos, teólogos, psicólogos, estrategas… para efectuar un perfecto análisis a los efectos de que cambien los otros. La visión de la Candelaria no trató en primer lugar de lo externo, sino de procesos radicales internos de cada uno, de elevar el grado de entrega al máximo, y de profundizar las relaciones comunitarias en cuanto a nuestro común destino, misión y unidad de corazones. 

Es bueno contar con especialistas en todos los campos, pero lo único que Dios nos pide es un amor radical. La sabiduría es un don gratuito que debe estar a su servicio. Y no existe entrega radical sin anonadamiento y amor a la cruz. El Papa Francisco nos enseña que no hay humildad sin humillación. No lo sabía, y es verdad.  

Sabemos que el carisma del Papa Francisco tiene mucho en común con el del P. Kentenich. Ambos buscan las voces de Dios en el tiempo, el alma y la voz del ser. No vendrá mal recordar los “cuatro principios” del Papa Francisco, que desarrolla en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium #222 a #237: 

El tiempo es superior al espacio: No debemos obsesionarnos con pretender resultados inmediatos, lo que implica también no ponernos en el rol de Dios, de querer resolver todo uno mismo, adelantándonos o reemplazando así al actuar de Dios. La paciencia logra buenos resultados. 

La unidad prevalece sobre el conflicto: Trabajando en la unidad, los conflictos se resuelven más rápido. 

La realidad es más importante que la idea: Trabajar más en transformar nuestra propia realidad, que en dar soluciones de escritorio, fieles a ideas y principios, pero que no encajan con la realidad concreta. Quien acentúa la idea sin valorar lo que se tiene, con todos sus defectos, suele estar convencido de tener la solución, que siempre se basa en que otros cambien. 

El todo es superior a la parte: Entender a los otros, valorar a los otros, crear comunidad solidaria. Para ello es necesario no querer sobresalir como “parte”, sino disminuir, para que Jesús y la comunidad crezcan. 

La autoridad 

El tema de la autoridad en Schoenstatt es apasionante, porque estamos llamados a dirigir o coordinar de forma democrática, con espíritu fraterno y al servicio de la vida. A la vez, quienes no ejercemos un cargo directivo, estamos llamados no solo a apoyar a quienes tienen este tipo de responsabilidades, sino también a protegerlos, aportando al espíritu de comunidad.  

Hoy vemos en un mundo que cambia tan rápidamente, personas que se sienten excluidas de la sociedad, y que tienen la necesidad del sentido de pertenencia a un grupo, separados de la autoridad, y muchas veces de la historia y de valores que siempre entendimos como esenciales. Parten del sentimiento de victimización, no del hacerse responsables del cambio desde uno mismo. Esto lo observamos especialmente en muchas manifestaciones populares. La lucha es siempre exterior, hacia afuera, y se exige que otros cambien, pero normalmente no se observa que los mismos que exigen derechos, los vivan personalmente. Basta simplemente mencionar el caso de los que exigen tolerancia a la diversidad, ¿son tolerantes a los que opinan en forma diversa? 

Este síndrome lo observamos cada vez más a menudo en la sociedad y se hizo ley implícita de lo políticamente correcto. Schoenstatt está llamado a iluminar estas actitudes siendo políticamente incorrecto, lo que significa buscar siempre la integración orgánica de las distintas variables sociales, lo que no implica no luchar, sino que requiere que la primera lucha y la más potente sea la interior. 

Desde la visión del P. Kentenich de la autoridad, podemos esta vez invitar a analizarla desde el tema principal que recorre este escrito: la comunidad de destinos, de misión y de corazones. No creo que sea necesario ahondar en el tema aquí. Creo que podemos trabajar este tema en nuestras familias, nuestros grupos y comunidades.  

Personalmente, me han servido sobremanera los principios del P. Kentenich. Ante errores que veo en la coordinación o dirección de una comunidad, me acerco al responsable, y le explico mi punto de vista. Es como sagrado mantener el espíritu elevado en la comunidad, e incluso impulsarla a crecer más alto. Los cambios se pueden dar a corto plazo, a largo plazo o nunca, pero es muy potente el principio de que la unidad está por sobre el conflicto.   

Dos palabras 

El ideal de la comunidad de destinos, de misión y de corazones nos interpela. Y de la misma forma que cuido la intimidad de mi familia de sangre, cuido a mi familia más grande, a Schoenstatt. Simple sentido común. Errores pequeños y graves habrá siempre. Pequeños y serios puntos de vista distintos no faltarán. ¿Cómo afrontar las diferencias, cuando son severas? Hay dos palabras que me han ayudado inmensamente a liberarme en medio de muy grandes dificultades: “minimizar” y “anonadarse”.  

Se trata de minimizar lo minimizable. Dejar que muchas cosas sucedan, porque no tengo que ser yo quien tenga el control de todo. Obviamente hay que debatir lo necesario. Como dice el P. Faulhaber: “Bienvenido el debate”. Creo que se entiende el punto.  

Y he visto comunidades enteras que se han salvado de la caída, porque hubo personas que se anonadaron. Se dejaron clavar en la cruz y la llevaron valientes con Jesús. En realidad, ¿qué clase de cristianos seríamos si en medio de duras injusticias no entregáramos a Jesús la cruz del anonadamiento, para acompañarlo en su dolor y soledad que redimen, purifican y sanan? 

Examen de conciencia 

Nos podemos preguntar hoy…
¿Qué pasos heroicos doy para forjar la comunidad de destinos, de misión y de corazones?
¿Hay una persona que yo no integro en mi corazón a esta comunidad?
¿Cuido, protejo, valoro, integro a la autoridad con sinceridad de corazón?
¿Soy capaz de anonadarme, de ser “nada”, de entregarme totalmente, para ser todo para Jesús, María y la comunidad?
¿Mi fuerza principal está en cambiar yo, o es que quiero cambiar a los demás?

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Schoenstatt 2014

 ¿Qué significa refundar Schoenstatt? 

Creo que es muy simple, y a la vez esencial, el expresar el significado de “refundar el Movimiento”. Se trata de analizar cuáles son los principios fundacionales y los que mantuvieron vivo al Movimiento, evaluar qué debemos hacer para ser fieles a tales principios, y analizar si los estamos aplicando proféticamente conforme al lugar y al tiempo en que vivimos.   

Recién cuando yo mismo trabajo a fondo el vivir radicalmente mi Alianza de Amor con María y en comunidad con mis hermanos y hermanas, estaré preparado para contribuir fructíficamente al diálogo conducente a que Schoenstatt siga fiel a sus orígenes, dando una respuesta actual y comprometida a la época concreta. 

Es bueno tenerlo encuenta: Todo intento de refundar sin vivir radicalmente la comunidad, y de incluir a todos en ella, y de hacerlo en comunión con la dirigencia, más que refundar, sería fundar, porque se trataría de algo distinto a Schoenstatt, aunque seguramente con muchos puntos en común. 

Schoenstatt para la Iglesia 

Si logramos hacer realidad la comunidad de destinos, de misión y de corazones, estaremos preparados para ofrecer el Schoenstatt original – actualizado proféticamente al tiempo y al lugar – a la Iglesia y al mundo.


Fotos Schoenstatt 2014: Gabriel Gross

Artículo publicado originalmente en www.schoenstatt.org

[1] Carta del P. Kentenich a la Familia de Schoenstatt para Navidad de 1965

[2] Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium #222 a #237: 

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Casa Madre de Tuparendá – Paraguay

Comunidad de destinos

Schoenstatt 2014. Una gran misión. No se trata de repetir fórmulas, sino de vivir, en unidad, proféticamente los ideales de Schoenstatt para la Iglesia

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Fundación Arco Iris, Boliviacon su fundador P. José Neuenhofer

Schoenstatt en las periferias… Gran desafío: comunidad de destinos

Centro de Nutrición Niño Jesús

República Dominicana

Las gracias del Santuario deben llegar a todos…

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