La crisis de Kentenich tiene que ver con la crisis de la Iglesia – Rev. Kurt Faulhaber

Un fundador imprudente que abrió un taller de almas

Alocución del Rev. Kurt Faulhaber en la Jornada de Octubre en la Iglesia de Peregrinos en Schoenstatt el 16 de octubre de 2020

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Rev. Kurt Faulhaber

La crisis del P. Kentenich y la crisis de la Iglesia se entrelazan. ¿Qué tienen que ver el uno con el otro en las intenciones de Dios? Dos eventos que mueven nuestros corazones de una manera extraordinaria. Como dos ondas que convergen y se transforman mutuamente y se amplifican.

I CRISIS DE KENTENICH

Discusión deseada

Recuerdo lo sorprendido que estaba al oír de nuestro Padre que el visitador Tromp habría cumplido una misión en Schoenstatt. Podríamos entonces afirmar que Alexandra von Teuffenbach continúa esta misión del Padre Tromp después de más de medio siglo. Esto es en el interés de nuestro Padre. Las luchas de esa época fueron solo el comienzo para él. [1] En los últimos años de su vida, esperaba el momento en que los conflictos, que parecían superados, surgieran de nuevo. Sí, quería conjurarlos. 

“Mañana, pasado mañana, todavía no”, expresó a nuestro curso cuatro semanas antes de su muerte. [2] Ahora, después de décadas, pareciera haber llegado el pasado mañana.

¿Por qué permaneció en silencio después de su exilio? Después de su regreso, experimentó que la Familia de Schoenstatt no estaba madura para continuar las luchas. Primero tendría que ser transformada interiormente, sobre todo tendría que estar unida de nuevo. 

¿Estamos más transformados hoy en día? ¿Más unidos? Imaginemos que el obispo Bätzing (presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania) le pregunte al obispo Gerber (obispo de Fulda, miembro del Instituto de los Sacerdotes de Schoenstatt): ¿Puede conseguirme un informe escrito antes de la próxima sesión sobre cómo piensa Schoenstatt al respecto de los temas del Sínodo? ¿Encontraríamos una respuesta común? ¿O se revelarían las líneas de falla ocultas incluso en las comunidades individuales? ¿O es que nuestro Padre quiere unirnos a través de ataques desde el exterior? Si hoy se ataca al “examen del niño” de las Hermanas, entonces cada uno de nosotros debe estar aquí para responder. Eso puede generar unidad.

Lo que es atacado, Dios quiere convertirlo en un tema especial

Es un principio orientador de nuestro Padre. ¡Ahora tenemos nuestro tema! El que Schoenstatt sea acariciado por las autoridades de la Iglesia parece ser cosa del pasado. Parece que nuestro Padre quiere llevarnos al debate sobre todas las cuestiones controvertidas a las que se enfrenta la Iglesia, al menos en Alemania, y que pueden llegar a un punto crítico, y tienen relevancia para la Iglesia universal. 

El P. Kentenich le preguntó a P. Menningen: “Alex, ¿vienes conmigo?”  
Hoy nos pregunta: “Mi familia de Schoenstatt, ¿vienes conmigo?”
Preguntamos: ¿adónde? ¿Qué piensa hacer nuestro Padre con la renovada disputa sobre su persona? ¿Cómo podría ser nuestro ir juntos?

En aquel entonces se trató de una lucha entre nuestro Padre y la Iglesia, para encontrar su camino. Él quiere continuar esta pelea, porque en la Iglesia se ha desatado una feroz lucha por encontrar ese camino.

Por la Iglesia, dispuesto a sacrificar a Schoenstatt

Nos encontramos con las palabras Dilexit Ecclesiam (Amó a la Iglesia) cuando visitamos la capilla en que se encuentra el sarcófago de nuestro Padre. No se trata principalmente de Schoenstatt, se trata de la Iglesia. Cuando nuestro Padre se reunió con los obispos alemanes y con instituciones romanas, puso en riesgo la existencia de Schoenstatt. Vio tan claramente a la Iglesia en peligro, que estaba dispuesto a sacrificar a Schoenstatt. 

Lo que una vez expresaba ante la amenaza nazi, lo rezaba ahora ante el rechazo de la Iglesia:
“¿Quieres quitarme este hijo…? ¿Quieres ahora verlo muerto en mis brazos…? Toma este hijo… te entrego su destino…” [3]

Con esta entrega elevó el “Todo por Schoenstatt” a “Schoenstatt para la Iglesia.” Este es un paso que tenemos que volver a dar una y otra vez. 

Objeto del ataque: la relación padre-hijo 

Entonces ¿qué es lo que fue y está siendo atacado, de tal forma que podamos convertirlo en nuestro objetivo, en nuestra tarea?

El P. Kentenich es hoy acusado nuevamente de “abuso sistemático de poder y de abuso sexual en un caso”. Los visitadores, en sus informes a Roma, ya habían “pintado el cuadro de una persona altamente manipuladora, limitando sistemáticamente a las hermanas en su libertad de conciencia”. [4]

¿Cuál es la realidad detrás de esta distorsión? Que el P. Kentenich actuaba como padre, cada vez más profundamente, y que se dejó experimentar como padre; que no solo permitía, sino que afirmaba, animaba y nutría estas emociones y lazos afectivos a su persona, y todo esto desde la certeza que estas experiencias y vínculos se transfieren en su persona a Dios Padre, y que así crece una experiencia vital de Dios Padre y un vínculo indisoluble con Dios. 

Resurgen así las experiencias de la niñez, o se recuperan las que no se han tenido. De esta forma personas adultas se experimentan como niños en esta relación padre-hijo, utilizan expresiones filiales; imágenes, canciones, símbolos filiales y también kitsch. Todo esto, potenciado en comunidad, en un vínculo de pertenencia a ese padre, y de obediencia. Y todo esto conduce a la conversión a la infancia espiritual que Jesús nos exige a todos los que queremos entrar en el Reino de los Cielos. (cf. Mt. 18, 2)

Comprendo que esto le choque a algunos. Después de una década de escándalos de abusos en la Iglesia, miles y miles de veces, estos procesos vitales han perdido su inocencia en público. Nos guste o no, están asociados con el abuso espiritual. 

Tenemos todas las razones para esperar que las acusaciones de abuso sexual sean borradas del mapa. Pero la tarea de distinguir este mundo espiritual entre padre-hijo, del abuso en el mundo espiritual, para comprenderla en su significado de época y ayudarla a abrirse paso, acaba de empezar.

Familia de Schoenstatt, ¿vienes conmigo?
¿Ir contigo adónde? 

El camino de las voces del alma

Con la fundación de la federación en Hörde, se tomó una decisión que sigue siendo innovadora hoy en día para el desarrollo espiritual en lo pequeño. [5]

Nuestro Padre estableció un programa y declaró solemnemente la primacía de la vida interior. Recorrió este camino toda su vida. En su jubileo sacerdotal de Oro declaró que había indudablemente acogido en sí “muchas almas, almas sanas y enfermas, esforzadas y oprimidas de todas las clases. En todas partes pude apreciar los más delicados y finos movimientos y sentimientos del corazón humano, pero también los más poderosos y apasionados – ya sea hombre o mujer, sacerdote o laico -, y pude aprender a distinguir el espíritu del hombre del espíritu de Dios, la palabra del hombre de la palabra de Dios.  En última instancia, se trataba siempre de la voz de Dios”. [6]

Permítanme adelantarles que esto me parece que es el llamado de Dios a nosotros a través de los eventos del caso Kentenich, como nuestra contribución a la Iglesia hoy.

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P. José Kentenich
Mi principal actividad consistió en estar disponible día y noche para ayudar …

Refundación partiendo del alma [7]

La orientación a las voces del alma es absolutamente indispensable para los tiempos de una refundación de Schoenstatt. Nuestro Padre escribió al Padre Menningen -acorto la cita-: “Déjame decirte cómo ha surgido Schoenstatt desde 1919. Después de abrir mi corazón y crear una cierta atmósfera a través de algunas charlas, mi principal actividad consistió en estar disponible día y noche para ayudar a cada uno a solucionar sus problemas espirituales, servirles, para resolver los complejos psicológicos, especialmente el trastorno obsesivo-compulsivo que se había vuelto muy intenso durante la guerra”. [8]

Aclaración: Las voces del alma tienen tanto valor como las voces del ser y del tiempo. Me debo limitar aquí a las voces del alma, pero las otras resuenan con ellas.

Mi experiencia: reverencia y afecto 

En mi charla personal de casi dos horas con nuestro Padre, noté lo siguiente: Dado que yo no decía nada, él mismo tenía que dirigir la conversación haciéndome preguntas. Ninguna fue indiscreta. Me preguntaba sobre temas que se podrían conversar con un vaso de cerveza en la mano y en presencia de otras personas: cómo financiaba mis estudios, cuáles eran mis materias favoritas, quién cocinaba para nosotros, etc. Pero su interés me motivó a contar más y más, y yo mismo hurgar en temas más personales, y después de una hora y media, pude al fin expresar lo que había venido a decir y lo que era importante para mí. Por un lado, experimenté su gran reserva reverencial y respeto por mi personalidad y libertad, por otro lado, su entrada en las profundidades del alma cuando se la abrí en libertad. Si faltara esta reverencia por la libertad, uno tendría que lidiar con el abuso espiritual. No hubo rastro de ello en mi experiencia.

Prestar atención a las necesidades 

¿Cómo funciona este camino de la vida exterior a la interior, de la superficie a la profundidad del alma? Según la propia experiencia de nuestro Padre, cuando se encontraba con una persona, prestaba atención a sus necesidades, [9]pero no solo a las expresadas, sino también a las no expresadas. [10] No solo a las necesidades conscientes del otro, sino también a las  que permanecían inconscientes. 

Así afirma el P. Kentenich: “La realidad de las necesidades me condujo cada vez más y más a lo profundo. Me sentí con el tiempo cada vez más como un buscador de tesoros al que se le permitía extraer el metal precioso de las secretas y más profundas minas de oro de las almas de las mujeres nobles, que por supuesto necesitaban purificarse y sanarse en muchas direcciones diferentes”. [11]

Amar y ser amado

Para permanecer en este imagen: Al descender a las profundidades de las necesidades, percibió cómo todas convergían en una sola: ser amado y ser capaz de amar. La raíz de la que surgen todas las necesidades. El insaciable anhelo de amar y ser amado se manifestó de varias formas: amor de madre, amor de padre, amor de pareja, amor de hermano y hermana, amor de amigo y, lo más profundo y original: amor de niño.

Transferencia a Dios

Ahora viene una visión innovadora y trascendental: Aquí está el pozo de agua de la experiencia de Dios y la relación con Él. La experiencia básica completamente humana del alma – ser querido, amado, aceptado, protegido – puede elevarse hacia Dios. Puede, no tiene que hacerlo, porque se trata de la gracia de Dios. En términos bíblicos: Aquí el Verbo se hace carne y habita en el alma del hombre. 

El P. Kentenich lo tuvo claro: Si la referencia a Dios no se alimenta de esta fuente humana que le permite volverse vital, emocional y puede penetrar en la persona hasta las profundidades inconscientes del alma, Dios sigue siendo una idea sin experiencia, una práctica sin alma, a la que se puede renunciar sin más. Actualmente estamos experimentando esto como un fenómeno de masas.

Esta experiencia profunda incluye siempre también una decepción profunda, porque lleva heridas en su seno. A menudo las llevamos con nosotros toda la vida. Dependiendo de su gravedad, pueden hacernos enfermar. Pero las decepciones también pueden convertirse en anhelos. La experiencia profunda y la decepción profunda moldean inconscientemente nuestras relaciones con otras personas a lo largo de nuestras vidas. Y – esto es lo que importa en nuestro contexto – se transfieren a nuestra concepción de Dios y nuestra relación con Dios. 

El Padre innovó: El niño interior

El procedimiento decisivo para que Dios “despierte en el alma” es, por lo tanto, tocar, abrir, liberar, curar el alma del niño escondido que llega hasta la primera infancia, curar a las heridas y compensar las experiencias perdidas en la medida de lo posible. Esto es exactamente lo que nuestro padre hizo: innovar. El hecho de que los libros de Stefanie Stahl sobre estos temas estén en los primeros puestos de las listas de best-sellers, que se vendan millones y se le pida regularmente a la autora que dé charlas y entrevistas a la prensa, demuestra hasta qué punto esto afecta a la necesidad de los contemporáneos. Su trabajo más reciente: “El niño que hay en ti debe encontrar un hogar. La clave para resolver (casi) todos los problemas”.

Experimentar a Dios en el padre humano

El Padre Kentenich, que durante décadas había colocado su persona casi excesivamente en un segundo plano, cambió radicalmente su actitud en respuesta a estas percepciones: permitió que Dios hiciera experimentable en él su paternidad divina y trabajara como un ser humano paternal, que dejaba crecer los lazos espirituales con su persona, para atraer con estos vínculos los corazones de las personas hacia el Padre Dios. [12] Además nuestro Padre permitió que las personas desplegaran, expresaran en múltiples formas experiencias no vividas como niños, sabiendo que incluso en la inmadurez y en la exageración se escondía un oro noble que necesitaba ser purificado. 

Fundador imprudente, abrió un taller de almas

Permítanme expresarme coloquialmente ahora, en forma espontánea: Todo esto fue fatal para el P. Kentenich. De esta manera, se ofreció como blanco para ser incomprendido, para ser atacado, para ser sospechado, para volverse insoportable. ¡Hasta hoy!

Pero no fue ingenuo. Él era consciente de los riesgos que corría. Lo hizo por amor a Dios, para abrir un camino en el alma del hombre.

Lo hizo por amor al hombre de hoy: para mostrarle un camino hacia Dios, tal como el corazón humano lo busca. 

Lo hizo por amor a la Iglesia: para desarrollar para ella una evangelización según una pedagogía y una psicología para el hombre de hoy.

Para ello hizo lo más imprudente que nos podríamos imaginar: decidió abrir su “taller de almas” a todos los responsables de la pastoral, – en sus propias palabras -: “para revelar todas las cartas, sin excepción” (Apologia 046), sí, “presentandose públicamente ante la Iglesia con una franqueza temeraria”. (009) Trágicamente, su discurso llegó solo a unos pocos funcionarios que estaban hartos de sus largos discursos. Recién ahora la señora von Teuffenbach le ha dado la publicidad que deseaba, y eso sí con una franqueza despiadada. 

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El P. José Kentenich con Günther Boll

Conclusión 

Continuamos en el camino de nuestro Padre. Pero no siguiéndolo, sino con él. Su camino es nuestro camino. Nuestro camino es su camino. Esto puede darnos una cercanía emocional más intensa con él y con los demás. Un cohermano se sintió muy conmovido por este tema y me escribió,  y con sus palabras me gustaría concluir:

Es el momento de entrar en una nueva comunidad de corazones con nuestro padre y fundador.
¡Padre, mi corazón en tu corazón!
¡Padre, tu corazón en mi corazón!
El corazón del Padre late en mi corazón.
Escucho la voz del corazón y la convierto en  palabra.
Pongo en juego las palabras de mi corazón, en mi vida, en mi comunidad, en mis relaciones, en la Iglesia.

Publicación original en Schoenstatt.de
Traducción: HMC – ES

La segunda parte de la alocución trata sobre el camino sinodal y la realidad de la Iglesia en Alemania, la cual no presentamos aquí.


Notas:
{1] Cf. retiro del Instituto de Sacerdotes en Würzburg 1966. 25 de noviembre 1966. 1ª conferencia pp. 273 – 282 (edición alemana)

[2] “Por lo tanto, esto debe darse por supuesto, probablemente también debe esperar; tal vez mañana, pasado mañana, todavía no; en cualquier caso yo personalmente hago todo lo posible para no encender a menudo una disputa, como en el pasado, un fuego de pelea en la Iglesia pública. Pero no todavía. Ahora tenemos que ver que estamos unidos, que nos volvemos más unidos… Primero tenemos que representar un poder, luego ha llegado el momento de aventurarse, de subir al escenario de la batalla, para desde allí conjurar una discusión con la Iglesia… primero tenemos que consolidarnos, estar unidos, para que ningún poder en el mundo, pero tampoco ningún poder del infierno, pueda separarnos…. Para prepararnos, para representar una torre, una torre inexpugnable para los no insignificantes conflictos que podemos y debemos enfrentar”. (Del discurso para la consagración del curso de peregrinación del 17. 08. 1968) (Edición alemana)

[3] (Hacia el Padre, “Si quieres quitarme este hijo” 433, 434, 436)

[4] Die Tagespost de 14 de octubre 2020

[5] Creamos “un programa que equivale a una representación solemne de la vida interior”. Carta del 8 de noviembre de 1919, publicada como último texto en “Bajo la protección de María”

[6] Para las bodas de oro sacerdotales, Monte Sión 1985, p. 134s (Edición alemana)

[7] “para mantener nuestros ojos constantemente fijos en la vida del alma de nuestros seguidores”. “Si uno quiere leer de las almas la voluntad y el deseo de Dios, hay que estar siempre en contacto con ellas cuidadosamente, entender cómo abrir las almas, leerlas y pasar lentamente lo que uno ha leído a toda la familia”. Carta al P. Menningen sobre cuestiones de la nueva fundación del 9 de diciembre de 1953 (Edición alemana)

[8] Carta del 9 de diciembre de 1953 de Milwaukee

[9] P. Kentenich literalmente: “todos los impulsos y deseos”

[10] Apologia pro vita mea, Milwaukee 1960 (099)

[11] Apologia pro vita mea, Milwaukee 1960 (117)

[12] Cf. Oseas 11:4: Con lazos humanos los até, con lazos de amor.

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